PUNTO CERO por Maria Carreras
PUNTO  CERO  by  maria carreras
                “El arte de detenerse”
    Detenerse. Respirar.
Antes del gesto, del pensamiento, del miedo.
Antes incluso del diagnóstico o del “qué pasará”.
Ese instante —fino como un hilo de luz— es el Punto Cero.
El lugar donde todo se detiene, y sin embargo, algo profundo empieza a moverse.
es una pausa consciente, un regreso al cuerpo, un gesto de amor propio. Detenerse es escucharse. Y escucharse también es ser consciente. Y la consciencia nos invita a cuidarnos.
            Antes del gesto, del pensamiento, del miedo.
Antes incluso del diagnóstico o del “qué pasará”.
Ese instante —fino como un hilo de luz— es el Punto Cero.
El lugar donde todo se detiene, y sin embargo, algo profundo empieza a moverse.
    En la vida, el wu chi puede tomar muchas formas.
A veces llega en medio de una pausa buscada: un retiro, una meditación, un paseo sin prisa.Y otras veces se impone de golpe, con la fuerza de una noticia que cambia el rumbo.
El diagnóstico de una enfermedad, por ejemplo, abre un vacío que no elegimos.
Pero dentro de ese vacío también puede nacer una conciencia nueva
A veces llega en medio de una pausa buscada: un retiro, una meditación, un paseo sin prisa.Y otras veces se impone de golpe, con la fuerza de una noticia que cambia el rumbo.
El diagnóstico de una enfermedad, por ejemplo, abre un vacío que no elegimos.
Pero dentro de ese vacío también puede nacer una conciencia nueva
Cuando pensamos en el cáncer de mama, lo primero que aparece es el miedo.
El temor paraliza, niega, posterga.Cuántas veces dejamos para después un control médico o una mamografía,
como si el silencio prolongado pudiera protegernos de la respuesta.
Pero el silencio verdadero —el del Punto Cero— no es evasión:
El temor paraliza, niega, posterga.Cuántas veces dejamos para después un control médico o una mamografía,
como si el silencio prolongado pudiera protegernos de la respuesta.
Pero el silencio verdadero —el del Punto Cero— no es evasión:
es una pausa consciente, un regreso al cuerpo, un gesto de amor propio. Detenerse es escucharse. Y escucharse también es ser consciente. Y la consciencia nos invita a cuidarnos.
 
                    Detenerse es escucharse.
 Y escucharse también es ser consciente. Y la consciencia nos invita a cuidarnos.
               MARIA CARRERAS — PUNTO  CERO
                    
PUNTO CERO
    Soraya, escribió la canción “Casi”, que describe el desasosiego y la angustia que envuelve un momento de la enfermedad.
            “Casi se me acaba la fe (casi se me acaba) Casi se me escapa el amor (casi se me escapa)
    Casi se me quiebra la inocencia (casi se me quiebra) 
Se me agota toda la fuerza para luchar un día más Casi me rendí (casi me rendí) 
Hasta que pensé en ti, eh-eh Cuando solo escuchas el latido de tu corazón Encontrarás entre su ritmo y el silencio la razón. “
    El Punto Cero puede ser, entonces, el instante del amor, del amor a nosotros mismos, y a otros. El amor a la vida que nos impulsa a que decidimos pedir turno.
El momento en que soltamos la negación y damos paso a la acción.
Desde la quietud, nace el movimiento
El momento en que soltamos la negación y damos paso a la acción.
Desde la quietud, nace el movimiento
    La actriz Christina Applegate —diagnosticada en 2008— dijo alguna vez:  
 “Revelar mi enfermedad fue mi manera de recuperar el poder.
Cuando la verdad sale a la luz, el miedo pierde fuerza.
Cuando la verdad sale a la luz, el miedo pierde fuerza.
” Esa frase podría ser pronunciada por cualquier mujer que decide dar ese paso:iluminar la sombra, abrir la conversación, habitar el cuerpo sin miedo. Porque el cuidado no es sólo físico, es también emocional, vincular, creativo

    En el documental Tig, la comediante Tig Notaro transformó su diagnóstico en material escénico.
Subió al escenario, habló del cáncer con humor y ternura, y el público la abrazó con una ovación.
No se rió de la enfermedad: se rió desde la vida, desde ese espacio entre el dolor y la esperanza hecho humor.
La aceptación es también un Punto Cero: que nos permite integrarnos y comunicarnos. Siempre el juego, el arte y la risa nos abren posibilidades a interpretar situaciones que nos ayudan y pueden ayudar a otros.
El coaching ontológico me mostró que el lenguaje puede transformar la realidad.
Y el chi kung me recuerda que la energía sigue fluyendo, aunque el cuerpo cambie, aunque el miedo aparezca, aunque duela.
 
 
    Subió al escenario, habló del cáncer con humor y ternura, y el público la abrazó con una ovación.
No se rió de la enfermedad: se rió desde la vida, desde ese espacio entre el dolor y la esperanza hecho humor.
La aceptación es también un Punto Cero: que nos permite integrarnos y comunicarnos. Siempre el juego, el arte y la risa nos abren posibilidades a interpretar situaciones que nos ayudan y pueden ayudar a otros.
    La cantante La Mari de Chambao, al recordar su tratamiento, confesó:  
    En este caso, para La Mari, el cáncer se convirtió en el Punto Cero y le permitió resignificar su vida.El cuerpo herido, el cuerpo sensible, el cuerpo vivo: todos son materia sagrada.
    En cada respiración se abre una puerta al presente. Una invitación a ser protagonista consciente de nuestras circunstancias. A lograr esa mirada transformada que nos permite habitar la enfermedad y transitarla siendo más plenamente nosotros. Practicar mindfulness o chi kung nos devuelve esa conciencia.Estar en el cuerpo, sin juzgarlo.Percibir el movimiento del aire entre las manos. Agradecer lo que aún late, lo que sostiene, lo que puede reinventarse. A veces, el Punto Cero llega en forma de una sala vacía, una cama de hospital,
una noche de silencio.
Y desde ahí, con paciencia, se empieza a componer otra coreografía. Al Punto Cero le sucede el movimiento, el cambio,más profundo, más honesto, más genuino. El teatro me enseñó que toda creación nace del vacío.
una noche de silencio.
Y desde ahí, con paciencia, se empieza a componer otra coreografía. Al Punto Cero le sucede el movimiento, el cambio,más profundo, más honesto, más genuino. El teatro me enseñó que toda creación nace del vacío.
El coaching ontológico me mostró que el lenguaje puede transformar la realidad.
Y el chi kung me recuerda que la energía sigue fluyendo, aunque el cuerpo cambie, aunque el miedo aparezca, aunque duela.
El Punto Cero no es la nada. Es el comienzo de una nueva forma de estar presentes.
Desde ahí podemos elegir, cuidarnos, actuar.
Desde ahí podemos elegir, cuidarnos, actuar.
 
                PUNTO  CERO
                Desbloquear el fuego interior: del síndrome del impostor al arte de crear(se)
Alguna vez te comportaste como Don Quijote?
Tal vez esta pregunta te suene extraña o incluso ajena. Pero leyendo a Miguel Ruiz Jr. en Meditaciones Toltecas para el día a día, descubrí una idea poderosa que me hizo recordar al caballero de la triste figura: “La historia que te contás”.
            Tal vez esta pregunta te suene extraña o incluso ajena. Pero leyendo a Miguel Ruiz Jr. en Meditaciones Toltecas para el día a día, descubrí una idea poderosa que me hizo recordar al caballero de la triste figura: “La historia que te contás”.
Lo que nos decimos de nosotros mismos, de los otros, y del mundo, configura un mapa mental que muchas veces creemos real, definitivo. Pensamientos recurrentes –conscientes o no– que terminan dictando nuestras emociones, nuestro ánimo y hasta nuestro rumbo. 
El gran error es confundir esos pensamientos con la verdad. Pero no somos nuestros pensamientos. Somos mucho más.
El punto cero: volver a empezar desde lo que somos
A lo largo de los años, he aprendido a encontrar un espacio interno muy valioso: lo llamo “el punto cero”. Es ese instante de inicio o reinicio, donde antes de tomar una decisión o comenzar un nuevo proyecto, me detengo a preguntarme:
¿Qué historia me estoy contando? Este acto de detenerse y cuestionar cobra aún más sentido cuando el cuerpo nos avisa: nervios, insomnio, agotamiento, falta de aire. Señales que algo no está en eje.
 Ruiz dice que, como Don Quijote, intentamos cambiar la realidad para que coincida con nuestras creencias. Y cuando no lo logramos, sufrimos. 
El desafío está en aceptar que somos proceso. Que estamos siendo. Que el cambio no es una amenaza, sino una posibilidad. 
El filósofo Heráclito afirmaba que nadie se baña dos veces en el mismo río. Y Heidegger nos ofrece el concepto de Dasein: ser-en-el-mundo, estar siendo en presente, en vínculo, en construcción.   
 
PUNTO  CERO
                
                
                Las preguntas que abren caminos
El coaching me ha enseñado el poder de las preguntas.
Preguntas que nos devuelven al centro, que interrumpen el piloto automático.
 ¿Quién está decidiendo en mí?
¿Quién estoy siendo al decidir?
¿Esto que elijo me abre o me cierra posibilidades?
¿Qué necesito de mí para avanzar?
¿Quién estoy siendo al decidir?
¿Esto que elijo me abre o me cierra posibilidades?
¿Qué necesito de mí para avanzar?
Estas preguntas no se responden con fórmulas. Se responden con presencia.
 
                El teatro como metáfora del liderazgo
Como directora de teatro y emprendedora cultural, encuentro una metáfora maravillosa: en cada obra, al comenzar, no tengo certezas. Tengo una intuición, una motivación, un deseo de conversar con el público. Cada vez que encaro una nueva producción me pregunto: ●     ¿Qué quiero decir hoy?
 
● ¿Qué temas están en discusión en la cabeza de las personas y en la mía?
 
● ¿Qué incomodidades sociales, emocionales o existenciales pueden transformarse en preguntas para los espectadores?
 
Cuando me hago esas preguntas, me vuelvo a conectar con el fuego interno de la motivación y la inspiración. Salgo del piloto automático. Me corro del eco de los éxitos pasados. Dejo atrás las comparaciones. No busco repetir, sino descubrir lo que todavía no sé del nuevo proyecto. Y esa incertidumbre es fértil. Porque me abre a nuevas relaciones, aprendizajes y decisiones. Porque el arte –como la vida– se construye en equipo, se ofrece con generosidad, y luego se suelta… esperando que, en algún lugar, en algún corazón, encienda un nuevo fuego.
            ● ¿Qué temas están en discusión en la cabeza de las personas y en la mía?
● ¿Qué incomodidades sociales, emocionales o existenciales pueden transformarse en preguntas para los espectadores?
Cuando me hago esas preguntas, me vuelvo a conectar con el fuego interno de la motivación y la inspiración. Salgo del piloto automático. Me corro del eco de los éxitos pasados. Dejo atrás las comparaciones. No busco repetir, sino descubrir lo que todavía no sé del nuevo proyecto. Y esa incertidumbre es fértil. Porque me abre a nuevas relaciones, aprendizajes y decisiones. Porque el arte –como la vida– se construye en equipo, se ofrece con generosidad, y luego se suelta… esperando que, en algún lugar, en algún corazón, encienda un nuevo fuego.
Del síndrome del impostor a la acción
El síndrome del impostor muchas veces nos paraliza. Nos dice: no sos suficiente, no estás lista, no lo vas a lograr. Pero la acción nos transforma. Como en los ensayos teatrales, no hay obra sin prueba, sin error, sin coraje. Te comparto un camino posible para transitar ese punto cero, que me sirve a mí y que quizás te sirva a vos:
 
El síndrome del impostor muchas veces nos paraliza. Nos dice: no sos suficiente, no estás lista, no lo vas a lograr. Pero la acción nos transforma. Como en los ensayos teatrales, no hay obra sin prueba, sin error, sin coraje. Te comparto un camino posible para transitar ese punto cero, que me sirve a mí y que quizás te sirva a vos:
- Reconocé tus emociones. No las tapes. Escuchalas.
 
 
- Revisá tu diálogo interno. ¿Qué te estás diciendo? ¿Podés mirarlo desde otra perspectiva?
 
 
- Creé en quien estás siendo. Preguntate qué necesitás de vos para lograr lo que deseás.
 
 
- Accioná. Comprometete con pasos concretos y medibles. Pequeños logros generan grandes transformaciones.
 
 
PUNTO  CERO
                
                
                Qué tipo de fuego estás siendo hoy?
La coach Elena Espinal, en Ecología del Porvenir, recuerda un cuento de Galeano sobre un hombre que, desde el cielo, vio que la humanidad era un mar de fuegos: algunos grandes, otros pequeños, unos serenos, otros escandalosos.
Algunos contagian, otros se apagan. Me lo pregunto seguido: 
¿Qué tipo de fuego soy hoy? ¿Soy un fuego apasionado? ¿Un fuego tranquilo? ¿Uno que contagia? ¿Uno que duda? Lo único que no deseo ser es un fuego apagado, o tonto y aburrido.
Cierro los ojos, respiro profundo… y me comprometo a seguir encendiendo fuegos. A disfrutar con otros. A construir espacios donde el arte, el liderazgo y la humanidad se encuentren.
 Te invito a hacer lo mismo.
Cerrá los ojos por un momento. Respirá. Y preguntate:
Cerrá los ojos por un momento. Respirá. Y preguntate:
  ¿Qué tipo de fuego estás siendo hoy?
 
                 
            MARIA CARRERAS
Directora teatral, actriz, productora, gestora cultural y coach ontológica. Con una extensa trayectoria en la escena independiente de Mar del Plata, combina arte, pedagogía y desarrollo personal. Creadora de proyectos escénicos con enfoque integrador e innovador. 
                Fundadora de TMC! Contenidos y organizadora de los Premios Enrique al teatro marplatense.
