VIVIR EN MOVIMIENTO
VIVIR EN MOVIMIENTO kinesiologa  leticia fattore
                Cáncer de mama: recuperar el movimiento, recuperar el vínculo
Octubre nos invita cada año a mirar de frente una realidad que atraviesa a muchas mujeres: el cáncer de mama. Y aunque solemos hablar mucho de la prevención y la detección precoz, hay un aspecto igual de importante y que se habla poco: el después, cuando el cuerpo ya sanó, pero aún cuesta volver a habitarlo.
            Qué pasa cuando ya terminó el tratamiento, cuando la herida cicatrizó, pero aún queda algo por sanar en el cuerpo? Volver a moverse, volver a confiar, volver a habitarse: ese es el camino que comienza después de los tratamientos médicos, y es también una parte esencial de la recuperación.
Y fue justamente en esa etapa —cuando el cuerpo ya está listo, pero la confianza todavía no— que conocí a Carla. Carla había pasado por una cuadrantectomía y todo su tratamiento, estaba siendo acompañada por su equipo médico y ya se encontraba en una muy buena situación general. Sin embargo, sentía que su hombro izquierdo —del mismo lado de la cirugía— no respondía como antes. Había una limitación en la movilidad que no lograba resolver.
Desde el primer encuentro fue muy honesta: “No puedo mover bien el brazo izquierdo y fui operada por cáncer de mama… además, con la actividad física no me llevo muy bien”. Las palabras muchas veces nos pueden hablar sobre los miedos, dudas y la desconfianza hacia el propio cuerpo que puede estar presente en estos casos
 
                VIVIR EN MOVIMIENTO
A veces el desafío no es solo recuperar la capacidad de moverse, sino reconstruir el vínculo con una parte del cuerpo que fue intervenida, observada y temida. En esos casos, el trabajo empieza por escuchar. Escuchar más allá de las palabras: los gestos, los silencios, la forma en que el cuerpo se mueve —o se protege—. Volver a mover ese brazo también era volver a reconocerse en un cuerpo cambiado, pero propio.En la primera sesión descubrimos algo revelador: su movilidad real era mayor de lo que ella percibía. El hombro podía moverse más de lo que Carla pensaba. Ese fue el punto de partida. Desde allí comenzamos un proceso de exploración, con movimientos progresivos, pequeños desafíos y muchas pausas para registrar las sensaciones. No se trataba de forzar, sino de invitar al cuerpo a recordar su función habitual.
            VIVIR EN MOVIMIENTO
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Cada encuentro fue distinto. Algunas sesiones más activas, otras más suaves; algunas llenas de curiosidad y otras con un poco de cansancio o temor. Pero en todas hubo un hilo común: volver a darle lugar a su cuerpo en la experiencia cotidiana. Caminar, estirarse, alcanzar un objeto, usar los dos brazos al trabajar. Acciones simples que, sumadas, fueron construyendo confianza.En el proceso, Carla empezó a notar algo más allá de la movilidad y se sentía diferente: con más energía y mejor ánimo. “Hasta en el humor me cambió”, me dijo una vez, sonriendo. Y es que cuando el cuerpo empieza a responder, también cambia la forma en que una se siente. El movimiento se convierte en una herramienta de bienestar emocional, no solo físico.Para mí, acompañar estos procesos siempre deja aprendizajes. Me recuerda que la recuperación no es lineal: hay días de avances, otros de pausa, y el cuerpo siempre busca maneras de adaptarse y sanar si lo escuchamos con atención.
            Fueron diez sesiones juntas, cada una con su propio ritmo y color. Diez espacios para reconectar, soltar el miedo y redescubrir el placer de moverse.
 
                Gracias, Carla, por tu confianza, tu entrega y por animarte a probar incluso cuando algo parecía un disparate —mi creatividad corporal, como suelo decir, a veces, no tiene límites
            .Gracias también a todas las mujeres que están en su propio proceso de volver a moverse después de una experiencia difícil. El movimiento no es solo ejercicio: es volver a sentirse viva, completa y presente. Es volver a encender una parte de nosotras que había quedado quieta.
Si querés conocer más sobre cómo acompaño procesos o explorar recursos para tu bienestar, podés seguirme en mis redes, escuchar mi podcast o escribirme.
Nos encontramos en movimiento.
Nos encontramos en movimiento.
VIVIR EN MOVIMIENTO
                “Vivir en Movimiento” – Leticia Fattore, kinesióloga.
.Desde que decidí estudiar Kinesiología, todo cobró un sentido nuevo para mí. Antes de llegar a la facultad, mi relación con mi propio cuerpo había pasado por momentos de desconexión, dudas y aprendizajes. A partir de esa decisión, y gracias a mi historia personal, entendí que el movimiento no es solo algo que hacemos: es una forma de vivir, de sentir y de habitar el mundo.
            Mi propósito, desde entonces, es acompañar a cada persona que se cruza en mi camino a encontrar su propia definición de bienestar. No existe una receta única: cada cuerpo tiene su historia, sus necesidades y sus tiempos. A través de mi experiencia profesional y mi formación continua, busco brindar herramientas para que cada quien pueda reconectarse con su cuerpo, escucharlo y cuidarlo.
La educación siempre estuvo presente en mi vida. Poder aplicarla en el ámbito corporal es un privilegio y un desafío constante. Nuestro cuerpo es un universo maravilloso y complejo que nos invita a explorarlo todos los días. A veces creemos que las respuestas están afuera, en la razón, en lo que nos dicen los demás,  pero muchas veces están más cerca de lo que pensamos: dentro nuestro. Basta con cerrar los ojos, respirar profundo y dejar que el cuerpo nos hable.
Y nuestro cuerpo habla, todo el tiempo. Está en constante diálogo con el entorno. Cada experiencia externa y cada proceso interno dejan su huella. Lo que vemos, escuchamos, olemos, saboreamos o sentimos genera reacciones que muchas veces pasan inadvertidas, pero que influyen en cómo nos movemos, en nuestro ánimo y en nuestra salud.
 
                VIVIR EN MOVIMIENTO
Hoy la neurociencia estudia en profundidad algo fascinante: la interocepción, un sentido menos conocido que los tradicionales, pero igual de vital. La interocepción es la capacidad de nuestro cerebro para percibir lo que ocurre dentro del cuerpo. Receptores distribuidos en órganos internos, vasos sanguíneos, músculos y piel envían información a una zona del cerebro llamada ínsula. Allí se procesa y se nos permite percibir sensaciones como la tensión muscular, la rapidez de la respiración o los latidos del corazón.
            Conocer y desarrollar nuestra interocepción puede ayudarnos a identificar señales tempranas de estrés, fatiga, hambre, sed, o incluso de bienestar y calma. Es un puente directo hacia una vida más consciente y saludable.
 
                VIVIR EN MOVIMIENTO
                
                
                Te propongo que lo experimentes ahora mismo, donde sea que estés. El ejercicio es ideal que lo realices con los ojos suavemente cerrados, una vez que hayas leido el paso a paso:
Inhala profundamente por la nariz y exhala por la boca.
Hazlo tres veces, sin prisa, sintiendo el aire entrar y salir.
Luego, quédate unos segundos escuchando la “música” de tu interior. ¿Qué escuchaste?
¿Notaste el ritmo de tu corazón, tu respiración, alguna zona de tu cuerpo que pide moverse o relajarse?
            Inhala profundamente por la nariz y exhala por la boca.
Hazlo tres veces, sin prisa, sintiendo el aire entrar y salir.
Luego, quédate unos segundos escuchando la “música” de tu interior. ¿Qué escuchaste?
¿Notaste el ritmo de tu corazón, tu respiración, alguna zona de tu cuerpo que pide moverse o relajarse?
¿Te gustó lo que sentiste o te sorprendió?No hay respuesta correcta. Lo importante es que te diste el tiempo de escucharte. Esa pausa, breve pero profunda, es un regalo que puedes repetir cada vez que lo necesites. Porque nuestro cuerpo guarda información valiosa: solo tenemos que aprender a interpretarla.
Mi invitación es que te permitas vivir en movimiento. Y cuando hablo de movimiento, no me refiero solo al ejercicio físico —aunque este sea fundamental para nuestra salud—, sino a un movimiento más amplio: moverte hacia lo que te hace bien, moverte para salir del lugar en el que el dolor, el miedo o la rutina te dejaron inmóvil.
En cada columna que compartamos en este espacio, te voy a acercar ideas, ejercicios y reflexiones para que te animes a reconectar con tu cuerpo, mejorar tu bienestar y descubrir todo lo que el movimiento puede hacer por vos.
 
            Gracias por estar del otro lado y por darte la oportunidad de sentirte.Te espero para seguir viviendo en movimiento.Leti
Leticia Fattore Kinesióloga
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